Crucé el paso de peatones. Al llegar a la otra acera fui consciente del ruido sordo tras de mi seguido del alboroto causado por gente alterada y un acelerón brusco, como si se tratara de un coche dándose a la fuga. Al girarme me vi a mi mismo tirado en el suelo rodeado de curiosos, atropellado por ese coche que se saltó el semáforo en rojo. Luego fue cuando vi la luz. Y después... de después ya no recuerdo nada más...
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