ATENCIÓN

ATENCIÓN: la percepción requiere participación

sábado, 5 de febrero de 2011

HELL


100 entradas ya en mi blog... todo empezó con un cuentecito, sentencias, que jamás pensé que fuera a acabar en un escenario. Tiempo después escribí esta piecita, un poco clown, para llevarla a escena y, cosas que tiene esto de la creación, nunca llegó a llevarse a un escenario. Me parece justo que para celebrar estas 100 primeras entradas en mi blog sea precisamente este texto el que ocupe esa entrada número 100. El texto en sí es un poco sartriano (esta palabreja me la he inventado, jejeje) y hay fragmentos que son homenajes y adaptaciones, me parece justo matizar...



Dos niños entran en escena con una marcha fúnebre cantando una canción infantil con un tono muy tétrico “ahora que vamos despacio vamos a contar mentiras”. Hacen un recorrido por el escenario y terminan de frente al público con el el fin del estribillo de la canción. Miran al público. Comienzan los juegos. Botan una pelota, revuelven, corren, enredan, se tiran del pelo, juegan con el público... En un momento los dos van al centro del escenario y empiezan a pintar en unos folios. Cuatro folios, en cada folio una letra, una letra que formará el título de la pieza teatral y que colgarán en el telón de fondo del escenario: “HELL”.


Una vez terminan los niños dejan de ser niños. Son ya ancianos. Dos ancianos, 1 y 2.


1y2: ¡¡El infierno!!

1: Así que esto es el infierno.

2: Pues no lo esperaba yo así.

1: Es oscuro.

2: Tétrico.

1: Pequeño.

2: Muy pequeño.

1y2: Y ahí hay gente que mira y observa.


Se miran. Se examinan.


1: No estoy nada mal.

2: Alguna arruga quizás.

1: Alguna cana.

2: Postura incorrecta.

1y2: Estoy bien, me encuentro bien.

2: Quizás el cartel esté equivocado. Quizás esto no es el infierno.

1: ¿Por qué pienso eso?

2: ¿Y por qué debería estar aquí?

1: No lo se...

2: Nunca hice nada malo.

1: Un niño modélico.

2: Un adulto ejemplar.

1y2: Un anciano entrañable.


Pasan unos segundos estáticos mirando al frente con la mirada perdida.


1: No creo en dios.

2: ¿Qué?

1: Eso, que no creo en dios.

2: ¿Y eso es motivo para mandar a alguien al infierno?

1: No lo se...

2: Es como que te fusilen por no creer en la dictadura.

1: Puede...

2: Además, sigo sin saber si realmente dios existe, quiero decir: Todavía no lo he visto, ni siquiera me ha juzgado.

1: Existe, claro que existe.

2: ¿Cómo estoy tan seguro?

1: Estoy en el infierno, ahí lo pone. Si hay infierno tiene que haber cielo. Y si hay cielo tiene que haber dios. Es lógico.

2: Pudiera ser... es lógico.


Pasan unos segundos estáticos mirando al frente con la mirada perdida.


1: Luego está lo de Samuel.

2: ¿Qué?

1: Lo de Samuel.

2: Y a qué viene Samuel ahora.

1: Que igual estoy aquí por Samuel.

2: ¿Por Samuel? ¿Qué dices? Si solo era un niño. ¿Qué tendría? ¿Tres años?

1: Cinco.

2: Aún así era un niño.


Aquí se produce un cambio. 1 cuenta la historia desde un personaje anciano y 2 desde un personaje niño. Ambos miran al frente.


1: Recuerdo a Samuel.

2: Lo había pedido de regalo de cumpleaños.

1: Un hermanito.

2: Quiero un hermanito para mi cumpleaños.

1: Para jugar con él.

2: Para quererlo... Y mis padres...

1: (Con voz de adulto exagerada) Que si, que pronto, que ya la cigüeña te va a traer pronto a tu hermanito como regalo de cumpleaños.

2: Y un día llegó.

1: Un tiempo antes de la fecha de mi cumpleaños.

2: Se ve que aunque las cigüeñas son las que marcan el día de tu cumpleaños luego olvidan y no saben mucho de fechas.

1: Samuel, mi regalo de cumpleaños.

2: Mi regalo de cumpleaños.

1: Allí estaba.

2: Gordo.

1: Pequeño.

2: Rechoncho.


Pausa.


1: Pronto me di cuenta de lo pretencioso de mi regalo.

2: Yo era demasiado pequeño y no me podía ocupar de él. De mi regalo.

1: Mis padres debían de hacer todo el trabajo, el trabajo más duro.

2: Así que a pesar de lo que quise ese regalo, de lo que lo quería, de lo que lo había deseado...

1: No podía dejar que mis padres se ocuparan de todo ese trabajo.

2: Y decidí deshacerme de mi regalo ahogándolo en el fondo de la bañera.


Pausa.


1y2: (Como niños) Samuel.


Pausa.


1y2: (Como ancianos) Samuel.

1: Era un niño.

2: No puede ser por eso.

1: Lo hice con buena intención.

2: No puede ser por eso.

1: Quería liberar a mis padres de todo ese trabajo.

2: No puede ser por eso.

1: De hecho no hacían mas que quejarse.

2: No puede ser por eso.

1: Entonces tuvo que ser por lo de no creer en dios.

2: ¿Tú crees?

1: Quizás, no lo se...


Aquí se produce un nuevo cambio. Esta vez 2 cuenta la historia desde un personaje anciano y 1 desde un personaje niño.


1: Recuerdo... yo tenía 13 años. Recuerdo a aquel testigo de jehová que vino a casa.

2: Primero habían sido los de la iglesia evangélica.

1: Sí, pero lo importante...

2: Quince minutos después fueron los mormones los que llamaron a la puerta.

1: Ya pero a lo que iba...

2: Estaba viendo bola de dragón y 17 minutos después, a mitad del capítulo, los de la secta esa vendiendo pasajes para la nave espacial.

1: Vale... Y por último los testigos de jehova.

2: (con voz de adulto forzada mostrando una amabilidad excesiva) ¿Está tu mama en casa?

1: No, por última vez, no.

2: Venía a traerle el último número de nuestra revista...

1: Tiene que liberar a mi madre.

2: ¿Qué? ¿Por qué?

1: Desde que mi madre lee su revista hace muchas cosas raras y... a mi me da miedo. No me gusta nada su religión. Desde que llegó a mi vida no hago más que pensar en cosas... ¿Qué clase de dios hace pensar a los niños incluso cuando no están en el cole?

2: Bueno, a veces uno se preocupa... pero... para todo debe haber una razón.

1: Ya, como dicen sus revistas, las he leído, ¿sabe? Dios, jehová, es mucho más grande y más sabio. Intentar comprender lo que piensa es como si una hormiga intentase comprender que pensamos nosotros...

2: Exacto. Pero podemos confiar en su sabiduría y tener fe en que él siempre nos mira.

1: Claro, como hago yo con el hormiguero del patio. Me pasé días mirando las hormigas tratando de distinguir las que eran buenas de las que eran malas. Pero parecían todas iguales... Así que las castigué a todas.

2: Pero eso no es...

1: Las castigué a todas con la manguera, con gas de un mechero, con un palo, con mi mano... y... no me di cuenta al principio pero luego me pasé con la pala. Las hormigas podrían haber rezado todo el día. Daba igual, no las habría oído. En realidad creo que no pudieran hacer nada.

2: Pero eso no es lo que dice...

1: Y con nosotros es igual. Tampoco podemos hacer nada por cambiar. ¿Por qué preocuparse? Ey, ahora estoy mucho mejor...

2: Bien, eso está muy bien, yo creo...

1: Creo que lo que debemos hacer es comportarnos como si tal cosa y no pensar en que dios pueda estar ahí arriba con una pala gigante.

2: Bien.. eso está... ¿bien?

1: Adiós...


Hace un gesto como de cerrar una puerta y se vuelve al centro del escenario y se va trasformando en el anciano. 2 al principio se muestra desconcertado por la conversación, luego vuelve al centro del escenario trasformado en anciano también.


1: Ha tenido que ser por eso.

2: Pero no es justo.

1: O por lo de Samuel.

2: Otra vez con Samuel... yo era un niño...

1: O por...

2: (Gritando) ¡Era un niño! Un niño... ¿Cómo se puede condenar a alguien por lo que hizo cuando era un niño? ¡Es absurdo!

1: A mi no me grites... yo no soy quien me ha mandado aquí...

2: Un niño, inocente, con pensamientos y actos inocentes. Luego crecí y fui una persona recta.

1: Siempre fui un niño. Lo de Samuel o lo de dios, siempre fue porque yo estaba encima de todo eso. Siempre era yo. Una imagen ante un público, pero siempre yo. Por eso este es mi infierno...


Pausa.


1y2: Así que este es el infierno. Mi infierno.

2: Un publico impasible.

1: Y yo solo con mis pensamientos.

2: Y yo solo con MIS pensamientos.

1: Pues no se está tan mal...

2: ¿Cómo que no se está tan mal?

1: Y ahora qué problema tienes...

2: Hace calor, nos miran, y mis propios pensamientos me molestan.

1: Bien, pues me voy.


Se gira, de momento no se va.


2: Pues vete.

Ahora 1 sí que se va.


2: Y ahora qué pienso... (se sienta). ¡No puedo pensar! Qué sensación más extraña. ¡No puedo pensar!


Un pelota sale rodando por el lateral por donde 1 se fue. 2 la para, sonríe. Por el lateral se asoma 1.


2: Pues bien, continuemos.


Telón.


6 comentarios:

  1. Tan complicado como tu palabreja sartriano...

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  2. Para que queremos infierno, si ya tenemos nuestros propios demonios...

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  3. A eso me refería con mi palabreja de sartriano... para sartre el infierno consistía en una sala normal y uno mismo encerrado para siempre con los seres mas opuestos, a veces con uno mismo en distintas versiones.... un modo de decir que el infierno es absurdo e inexistente, pero tan necesario que cada uno se crea el suyo. Era tan autodestructivo que nadie quedaba exento del propio infierno, porque a pequeño oscuro secreto ya tenías un infierno perfecto. De lectura obligada "A puerta cerrada" del mentado Jean Paul...

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  4. Y un mes después entro y veo que habías respondido a mi comentario. Me alegro de haber encontrado mi significado a tu texto, y a su vez fuera el que tu le querías dar. Me apunto como deberes "A puerta cerrada"...

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  5. Suelo responder a todos los comentarios... al menos lo intento... tarde o temprano... Me alegro de que incluyeras entre tus deberes "a puerta cerrada" no te arrepentirás... ya me contarás...

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