ATENCIÓN

ATENCIÓN: la percepción requiere participación

miércoles, 18 de agosto de 2010

INFIEL

Entro en el cuarto oscuro y constato que realmente hace honor a su nombre. La penumbra es casi absoluta y apenas se ve. No es como otros en los que “cuarto oscuro” es tan solo un concepto. Me adentro en las tinieblas un poco arrepentido. Y es que no me gusta el motivo por el que estoy allí, venganza. Vengarme del daño que me hiciste con el mismo acto que me hirió.


Allí huele a hombre y a sudor, casi sabe a hombre y a sudor. Se escuchan jadeos, algunas risitas nerviosas y el extraño sonido de los cuerpos al rozarse. Me oriento con las manos pero estas tropiezan con un cuerpo húmedo. Me detengo, espero a que mis ojos se acostumbren a la oscuridad. Un último pensamiento acerca de si debería irme me ronda. Pero lo cierto es que me siento excitado. Un poco. Me lo reconozco a mi mismo y continuo. Busco y encuentro, de nuevo con mis manos, un sillón de cuero libre. Me siento.


Ahora estoy solo y espero. Sigo captando con 4 de mis sentidos (mis ojos siguen inservibles con tanta oscuridad) todo cuanto me rodea y pienso. Pienso en ti, jodido egoísta, en tu traición, en tu mentira. Éramos una pareja liberal. Casi perdí la cuenta de los tríos y orgías en las que hemos participado. Si querías que invitáramos a alguien a nuestras fiestas privadas te lo permitía, jamás te lo prohibí. Yo disfrutaba con ello. Disfrutábamos los dos. Incluso te permití irte con alguno de tus ligues si yo no me encontraba con ganas. Pero en esta relación liberal que manteníamos encontraste un resquicio para el engaño y la infidelidad. Me ocultaste tu relación con él. No se por qué lo hiciste, pero por eso estoy ahora aquí. Se que con esta estúpida reacción mía no conseguiré hacerte ni una mínima parte del daño que tú me hiciste a mi. Y sin embargo aquí estoy, dolido y excitado.


Por un momento decido abandonarme al destino. Si en los próximos minutos nadie se sienta a mi lado me iré acabando con esta estúpida rabieta. Y justo cuando acabo de tener este pensamiento alguien me besa en el cuello. Trata de besarme en la boca pero lo rechazo dejando claro que no deseo tanta intimidad. Él se recoloca. Baja hacia mi pantalón. Desabrocha los botones. Saca mi sexo por la bragueta. Me recuesto en el sofá. Disfruto. Por un momento me abandono al placer y no pienso prácticamente en nada más. Y de pronto soy consciente. Hay algo familiar en su modo de tocarme. Hay algo familiar en su modo de excitarme. Me recuerda a ti. Eres tú. Sí, eres tú. Estoy seguro. Te estoy siendo infiel contigo. Me corro preguntándome si tú te habrás dado cuenta de que soy yo. Si habrás descubierto mi olor, mi sabor, mi tacto. Me pregunto si sabrás que tú también me engañas conmigo o si seré uno más en tu lista de infidelidades hacia mi.


Me levanto, me abrocho los pantalones y me voy. Se que esperas algo a cambio de lo que acabas de hacerme. Pero no estoy dispuesto a dártelo ahora. Salgo de la sala decepcionado y humillado. Decido no hablar contigo del tema. También pienso en el siguiente paso en nuestra relación. Si sabes o no sabes lo que acabas de hacer no tiene en realidad importancia. Está claro que con independencia de ello, nada volverá a ser lo mismo.

3 comentarios:

  1. Wow...excelente cuento! Primera vez q visito este blog...lei varias cosas. Me gustan los remates finales. Tenes algo de Bukowski,pero un vocabularios propio.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Wow, Bukowski... no merezco tal comparación ni halago... gracias...

    Con respecto a los finales decirte que suele ser la parte a la que presto más atención, a la que más vueltas le doy... Para mi la magia de un cuento breve está en el golpe de efecto del final. No siempre lo consigo, evidentemente, sería pretencioso decir lo contrario, pero lo intento... de hecho muchos de mis cuentos funcionan mejor en mi cabeza que en el papel, es una pena, pero es así... Jijijijijijijijiji...

    Muchas gracias por tu comment...

    ResponderEliminar
  3. Volvi! A mi me pasa lo mismo con los finales. Y con los cuentos en gral Siempre digo q me cabeza va mas rapido q mis piernas! Es una pena,si; ojala pudieramos escribirlos asi de rapido cuando nos sentamos frente a la maquina...ahi me acuerdo de Serrat cuando dice q las musas se han ido...jaja.

    Siga escribiendo muchacho, asi tengo cosas interesantes para leer!!

    Un abrazo!

    ResponderEliminar